Thomas Sankara
Biografía
Thomas Isidore Noël Sankara (Alto Volta, África Occidental Francesa, 21 de diciembre de 1949-Uagadugú, Burkina Faso, 15 de octubre de 1987) fue un capitán militar, revolucionario comunista y teórico panafricanista que presidió Burkina Faso de 1983 a 1987.[2][3] Es visto como una figura carismática e icónica de la revolución, por lo cual es conocido como el «Che Guevara africano».[2][4][5][6]
Sankara tomó el poder del entonces Alto Volta en 1983, cuando contaba con 33 años, en virtud de un golpe de Estado apoyado por grandes capas de la población. Su objetivo era eliminar la corrupción y el predominio de la expotencia colonial francesa.[2][7] Inmediatamente lanzó el programa de cambio social y económico más ambicioso jamás intentado en el continente africano.[7] Para simbolizar esta nueva autonomía y renacimiento, renombró al país de Alto Volta a Burkina Faso —«el país de los hombres íntegros»—.[7] Su política exterior se centró en el antiimperialismo. Durante su gobierno trató de evitar toda la ayuda exterior, impulsando la reducción de la llamada «deuda odiosa» y nacionalizando todas las tierras y riquezas minerales, para evitar el poder y la influencia del FMI y del Banco Mundial sobre su nación. Sus políticas nacionales se centraron en prevenir la hambruna con una autosuficiencia agraria y una reforma agraria, dio prioridad a la educación con una campaña nacional de alfabetización y promovió la salud pública con la vacunación de 2,5 millones de niños contra la meningitis, la fiebre amarilla y el sarampión.[8] Otros componentes de su agenda nacional incluían la plantación de más de diez millones de árboles para poner fin a la creciente desertificación del Sahel, la duplicación de la producción de trigo debido a la redistribución de la tierra de los terratenientes feudales a los campesinos, la suspensión de los impuestos rurales y las rentas nacionales, y el establecimiento de un ambicioso programa de construcción de ferrocarriles y carreteras para «unir a la nación».[7] Además, su compromiso con los derechos de la mujer lo llevó a prohibir la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y la poligamia. Igualmente, nombró a mujeres en altos cargos gubernamentales y las alentó a trabajar fuera de casa y a quedarse en la escuela aunque estuvieran embarazadas.[7]
Para lograr esta transformación radical de la sociedad, incrementó cada vez más el control autoritario de la nación, prohibiendo finalmente la prensa privada, pues creyó que podrían interponerse en el camino de sus planes, o bien ser manipulados por poderosas influencias externas.[7] Para contrarrestar su oposición en las ciudades y en los lugares de trabajo alrededor del país, también trató a los funcionarios corruptos, a los contrarrevolucionarios y a los «trabajadores perezosos» en los tribunales revolucionarios del pueblo.[7] Adicionalmente, como admirador de la revolución cubana de Fidel Castro, Sankara estableció Comités de Defensa de la Revolución (CDR) al estilo cubano, a pesar de ser opuesto a la doctrina foquista.[2]
Sus revolucionarios programas de autosuficiencia africana como una alternativa desafiante a las estrategias de desarrollo impuestas por Occidente, lo transformaron en un icono para muchos de los pobres de África.[7] Sankara sigue siendo popular entre la mayoría de los ciudadanos pobres de su país. Sin embargo, sus políticas alienaron y enemistaron los intereses creados de un conjunto de grupos, que incluía a la pequeña pero potente clase media de Burkina Faso, a los dirigentes tribales, que fueron despojados del derecho tradicional de larga data con el trabajo forzoso y el pago de tributos, y por último los intereses financieros extranjeros de Francia y su aliado, Costa de Marfil.[2][9]
El 15 de octubre de 1987 Sankara fue derrocado y más tarde asesinado en un golpe de Estado dirigido por Blaise Compaoré con el apoyo del gobierno francés de François Mitterrand. Una semana antes de su ejecución, Sankara declaró: «aunque los revolucionarios, como individuos, puedan ser asesinados, nunca se podrá matar sus ideas».[2]
Su pensamiento político e ideológico basado en doctrinas marxistas-leninistas, antiimperialistas, nacionalistas, panafricanistas y socialistas se conocen como sankarismo después de su muerte.