Paul Gauguin
Biografía
Eugène Henri Paul Gauguin (París, 7 de junio de 1848-Atuona, Islas Marquesas, 8 de mayo de 1903), conocido como Paul Gauguin, fue un pintor posimpresionista reconocido después de su fallecimiento. El uso experimental del color y su estilo sintetista fueron elementos clave para su distinción respecto al impresionismo. Su trabajo fue de gran influencia para los vanguardistas franceses y para muchos otros artistas modernos, como Pablo Picasso y Henri Matisse. El arte de Gauguin se volvió popular después de su muerte, parcialmente debido a los esfuerzos del comerciante de arte Ambroise Vollard, quien organizó exhibiciones de su obra casi al término de su carrera y póstumas en París.[2] Muchas de sus obras se encontraban en posesión del coleccionista ruso Sergei Shchukin,[3] así como en otras colecciones importantes.
Gauguin fue una figura importante del simbolismo, participando como pintor, escritor y escultor de grabados y cerámica. Su experimentación audaz con el color fue lo que colocó los cimientos para el estilo sintetista del arte moderno, mientras que su expresión del significado inherente de los temas en sus pinturas, bajo la influencia del cloisonismo, fue lo que allanó la llegada del primitivismo y el regreso al estilo pastoral (captura de la naturaleza, paisajes). Su trabajo también fue una gran influencia para el uso de técnicas como el grabado en madera y la xilografía en la realización de obras de arte.[4][5] Su obra ayudó a la evolución de la pintura, referente al expresionismo alemán y el fovismo (movimiento que se desarrolla entre 1898 y 1908).
Fue Jefe de filas de la Escuela de Pont-Aven e inspirador de los Nabis. Desarrolló la parte más distintiva de su producción en el Caribe (Martinica) y en Oceanía (Polinesia Francesa), volcándose mayormente en paisajes y desnudos muy audaces para su época, por su rusticidad y colorido rotundo, opuestos a la pintura burguesa y esteticista predominante en su tiempo en la cultura occidental. Su obra está considerada entre las más importantes de los pintores franceses del siglo XIX, y contribuyó decisivamente al arte moderno del siglo XX.
Van Gogh habló acerca de sus pinturas de Martinica, diciendo: