Ian Curtis
Biografía
Ian Kevin Curtis (Mánchester, Reino Unido, 15 de julio de 1956 – Macclesfield, Reino Unido, 18 de mayo de 1980) fue un cantautor, compositor y poeta británico, líder de Joy Division,[2] del cual fue cofundador en 1976 en la ciudad de Mánchester. Las composiciones oscuras de Curtis y sus actuaciones en vivo lo han hecho un personaje icónico en el movimiento del Post-Punk Criado en Hurdsfield (en el extrarradio de Macclesfield), Ian Curtis era un joven mancuniano introvertido de clase media, devoto de la música de David Bowie,[3][4] Lou Reed[5] e Iggy Pop,[3] fanático de la literatura de Kafka y la poesía modernista. Padecía de epilepsia y un leve grado de agorafobia.[6] A menudo vestía una chaqueta caqui, donde él mismo escribió con pintura acrílica naranja hate (odio) en mayúsculas a su espalda.[7] En 1976, durante un concierto de los Sex Pistols en el Manchester Lesser Free Trade Hall, Curtis coincidió con Peter Hook y Bernard Sumner, futuros bajista y guitarrista de Joy Division. Formaron una banda llamada Warsaw que, posteriormente, rebautizaron como Joy Division.[8] Curtis ocupó en ella los roles de letrista y vocalista. Las canciones que escribió para el grupo eran sombrías y depresivas, y trataban sobre la desolación, el vacío y la alienación humana. El corto legado de Curtis se concentró en dos álbumes de estudio, Unknown Pleasures, publicado en 1979, y Closer, lanzado en 1980 póstumamente. Su biografía oficial fue publicada en 1995 y fue escrita por Deborah Curtis, la propia viuda del cantante, titulada Touching from a distance: Ian Curtis and Joy Division.[9] Dicha biografía fue adaptada al cine en el biopic realizado por el director neerlandés Anton Corbijn en 2007 bajo el título Control e inspirado en la canción «She's Lost Control».[10] Anteriormente, en 2002, Michael Winterbottom filmó la película 24 Hour Party People,[11] en tono de comedia, en la que también apareció Ian Curtis, aunque este filme se centró más en la figura del productor musical, Tony Wilson, fundador de la discográfica por la que fichó Joy Division en 1978, Factory Records. Tras su trágica muerte, Ian Curtis fue considerado como uno de los grandes poetas malditos de la historia del rock[12][3] por su forma convulsiva de bailar aunado a su voz grave, inerte e inexpresiva, y por sus letras oscuras.[13]